domingo, 21 de julio de 2013

Atahotaku's Chronicles #2: París, una Madrid ostentosa y neoclásica

Toca dejar de hacer pereza y ponerse a hablar de esa experiencia que ha sido visitar París con la familia. Bueno, mejor descartamos el componente familiar, que no ha sido precisamente el mejor aspecto del viaje...

París, París... Cómo empezar a hablar de París... Bueno, creo que lo idóneo sería hablar de la llegada a la misma.

Nada más bajar del avión e ir a recoger las maletas, nos topamos con una gratuita demostración de poder. "¿Qué en los aeropuertos de Madrid hay guardias armados con porras (o algo así, ¿no? Tampoco es que me fijara xD)? "Pues nosotros ponemos a militares portando ametralladoras". Tal cuál lo digo. El de si esto se debía al hecho de que la fiesta/desfile nacional estuviera próximo (tampoco tanto, que fue el domingo, el día de nuestra partida, y llegamos un lunes) no sé si justifica o no esa forma de amedrentar al personal, pero en serio, estaba bastante acojonado y quería que saliéramos de allí con nuestras maletas pronto (xD).

El siguiente punto que me viene a la memoria es al salir del aeropuerto, dónde por un momento pensé que París era costera. Sí, soy un gilipollas, pero no por esta clase de razonamientos. La cuestión es que nada más salir, sentí una bofetada de salinidad en el ambiente de la hostia, y eso que no llovió. Raro de narices.

Tras esto, nos recogen para llevarnos del aeropuerto al hotel, y entre cabezada y cabezada (había estado en vela toda la noche, porque salíamos de casa a las 4 de madrugada y no me apetecía irme a la cama temprano), pude vislumbrar el tráfico francés. He de decir que si nosotros hiciéramos lo que ellos, el número de siniestros accidentados sería extraordinariamente elevado. Sin embargo, por un imperativo evolutivo con el fin de conservar la especie, los franceses tienen una suerte de simbiosis colectiva que les permite percibir las pirulas al volante de los demás y transmitir las suyas, de forma que la caravana de coches se mueve con una precisión suiza, y rara vez oyes un pitido. Tremendo.

Ya en el hotel, y a lo largo de los días que estuve en él, descubrí que en Francia no se nota la crisis. Cada puñetero día había un recepcionista diferente, de modo que cuándo creías que habías logrado entenderte con uno (yo en inglés, claro. Con el francés preferí ni intentarlo. Bastante lo destrozaba mi padre intentando chapurrearlo, tirando de sus ya muy lejanos estudios de secundaria, y yo apenas si me acordaba de los míos), te lo cambiaban, y tenías que volver a hacerte a todo.

En cualquier caso, esa estancia de una semana en Francia me ha hecho olvidar un tópico muy español: "los franceses son unos asquerosos comemierda". Nada más lejos de la realidad. No sé si será un barómetro limitado a los parisinos, pero rara vez he visto gente más entregada y amable. Te daban indicaciones con gran paciencia y amabilidad, e incluso se paraban para ayudarte si te veían algo perdido. No obstante, me llevo un mal recuerdo de ciertos miembros de la comunidad negra (y con esto no quiero ser racista, es que prácticamente todos eran negros), con LOS PUTOS VENDEDORES DE RÉPLICAS DE LA TORRE EIFFEL. En serio, ¡PUTOS CANSINOS! Eran tíos que iban por toda la ciudad (no sólo en la zona de la Torre Eiffel) llevando consigue una suerte de gran llavero lleno de repliquitas de "bronce", "plata" y "oro" de la Torre Eiffel, que seguramente habrían robado de algún puesto, viendo cómo corrían cuándo se acercaba algún coche de policía, cuál vendedores del Top Manta.

También nos topamos con un ejército de carteristas rumanas, que iban con papelitos para reunir firmas, de forma que mientras alguna te entretenía para firmar, las otras te desvalijaban. No he hecho más fintas y regates en mi vida (xD).

Pero bueno, quitando estos dos casos, en general me lluevo un recuerdo agradable de los parisinos.

De la gastronomía de París poco puedo decir. Comer en París es caro, ya sea en un buen lugar o en lo referente a comida rápida o puestos. He llegado a ver sitios dónde te sajaban 3 putos € por una botella de agua pequeña. Así que nada, en su mayoría tiramos de locales de comida rápida, y en algún caso exclusivo, de restaurantes (en el hotel sólo cubríamos desayunos xP). Lo que mejor recuerdo fue una hamburguesa de carne de caballo (*feel like a dothraki* =3), y un postre cómo este que hicieron en Master Cheff, la típica magdalena de chocolate rellena de chocolate. BRUTALMENTE DELICIOSA. Pero vamos, quitando un asqueroso crepe salado de jamón, queso y cebolla, nada típico de allí.

En cuánto a visitas a los lugares típicos, decir que me he dado cuenta de mi insensata estupidez. En un principio, tenía intenciones de subir la Torre Eiffel a pata (lo que pudiera sin morirme, que son más de 1700 escalones), pero tras subir al Arco del Triunfo y Notre Dame (no me di cuenta hasta ir allí del evidente significado del nombre de la catedral xD), cuyo número de escalones no era ni un tercio de los que había en la torre, estaba completamente agotado, así que ya supe que el ascensor sería mi mejor amigo para la subida (en estos dos sitios que menciono, o subías a pata, o te jodías). Una lástima por cierto que el campanario de Notre Dame estuviera en reformas. Me fui de allí sin ver lo que más quería, las campanas de Quasimodo (:'S).

Ya que entramos en arquitectura, decir que a aquellos arquitectos que han dejado su impronta en la ciudad (o a aquellos que les pidieron el encargo), se les ponía muy dura con dos cosas: el neoclasicismo, y el oro. No sólo tienes la sensación de estar en la Grecia clásica, sino que además todo aquello parece tocado por el jodido Midas. No digamos ya el Palacio de Versalles. Aquello era el puñetero paradigma de la ostentosidad. Eso sí, muy "gonico". Sobre todo la Galería de los Espejos.

De Disney Land, me llevo el estupendo recuerdo de la cabalgata, porque lo que es el parque... No está nada mal, pero me esperaba algo mejor. Tampoco es que disfrutara mucho de él, porque a muchas atracciones no monté por ir con la familia. Pero las temáticas estaban bastante chulas, sobre todo las de Peter Pan y Piratas del Caribe.

Volviendo a la gente, mencionar un dato agradable respecto a las parisinas, y es que en mi breve estancia allí no vi que la anorexia fuese una moda, y rara era la muchacha que no era guapa o no tenía una buena silueta.

Pero sin duda, cómo buen aficionado al cómic, una de las cosas que más disfruté de mi estancia en París fue la visita al Fnac de la Avenida de los Campos Elíseos y a las tiendas de cómics del barrio latino. Impresionante lo que tienen aquí, oiga. Sin duda me fui con ganas de más.

Y poco más que contar, que no quiero alargar esto de forma artificial viendo mi falta de ganas a la hora de elaborar la entrada. De París me llevo el buen recuerdo de su gente, sus mozas, el paseo en barco por el Sena, la visión de Notre Dame y la Torre Eiffel en la lejanía, Versalles, ese gran desfile en Disney Land y, cómo no, los cómics que allí vi y compré. ¿Quiero volver? Desde luego, cuándo me saquen otro tomo de LINDA (x'D).

5 comentarios:

  1. A mi Paris no me gustó mucho, quizás por esperarme mucho de ella. Disneyland lo mejor que tiene son sus actuaciones, porque de atracciones poco... en ese sentido el Port Aventura es mucho mejor.

    Yo vi los cómics en esa Fnac, pero como no se nada de francés pues no compré ninguno xD

    ResponderEliminar
  2. París *_* La France. Jo, que pena que no te pudieras comunicar en francés con lo chachi que es.
    Yo no he podido viajar a Francia pero es, sin duda, uno de mis sueños-

    ResponderEliminar
  3. Es que para disfrutar de verdad Disneyladia hay que ir con 14 año, ya tienes una edad como para ser "consciente" y disfrutarlo de verdad, pero sigues siendo un crio para dar rienda suelta a tu "infantibilidad" XD, ademas mas que las atracciones en si Disneylandia es un parque tematico, casi es mas divertido pasear y ver la increible cantidad de detalles que hay, o "disfrutar de las colas" con toda la parafernalia que tienen para que no te aburras esperando, eso sin contar evidentemente con las tiendas, los desfiles cada media hora, los personajes que van de aqui para alla o las atracciones "de a pie" como el Nautilus con el ataque del calamar gigante o toda la parte de la fila de la atraccion de Star Wars.


    Paris es bonita, pero le pasa como a cualquier ciudad turistica, mucho carterista, mucho ladron etc que empaña la imagen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De hecho en Disney Land mismo creo que era avisaban a cada rato del peligro de los carteristas xD

      Eliminar
  4. Más o menos hace unos años hice el mismo viaje que tú xD París con sus monumentos y demás y luego Disneyland xD
    Acojonado con los militares con metralleta? ¿Pero y lo divertido que habría sido empezar a cantar esa canción de KIng africa, la de ¡bomba!? xD Ese recuerdo habría sido inolvidable te lo digo yo :3 (siepre que hubieras esquivado la lluvia de balas que te caería xD)

    A mi cuando fui no me paró ni a mi ni a mi familia nadie para vendernos recuerditos de la torre Eiffel... a lo mejor fue suerte y ese día no había.Lo que si fue bestial la cantidad de gitanos rumanos que había en la estación del norte O.o y más descarados imposible.

    Te subiste notredame? xD Yo quería pero no tuve el valor de subir tantos escalones xDDD Deberías haber probado a hacerlo en el Sacre coeur xDDDD además de subir la cuesta para allá xD. Y como el encantador barrio de Montmartre está justo detrás pues mola :3

    Lo malo de Versalles es que está hasta la bandera de gente, es muy bonico pero luce menos cuando tienes de que soportar codazos de otra gente -__- Podrían dejar pasar a las salas por grupos más organizados.
    Pero también me pasó lo mismo con los parisinos, más majos de lo que esperaba, aunque el resto de los franceses suele decir que son diferentes a los del resto del país :/

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...