Y con este tomo, termino la re-lectura, así que ya los tomos venideros serán material de lectura nuevo (*o*). Vamos allá con la reseña del tomo 4:
Rin y sus compañeros están inmersos en una concentración que les granjeará el permiso necesario para participar en batallas reales. Por fin encuentran las lámparas que deben transportar como parte de la prueba, pero resultan ser tan grandes que es imposible que una persona pueda moverlas por sí sola. ¡Hay que trabajar en equipo! Rin descubre la importancia de los compañeros, pero Mephisto no lo deja tranquilo... ¿Qué estará tramando esta vez?
En este tomo seguimos con la prueba del traslado de las lámparas. Rin, Shiemi, Suguro, Shima y Konekomaru trabajan conjuntamente para lograr traer la lámpara al campamento. Sin embargo, siguiendo instrucciones de Mephisto, Amaimon ataca a los esquires, y en el desarrollo de un duro combate, viendo que sus compañeros están en peligro, Rin se ve obligado a liberar las llamas azules, dando a conocer su condición de demonio al resto.
Esto hará que el consejo de los Grigori tome cartas en el asunto, y envíe a su actual paladín, Arthur Auguste Angel, que lleva a Mephisto y Rin ante un tribunal para ser juzgados (el primero por traición, y el segundo por ser el hijo de Satán). Mephisto hace buen uso de su labia, y consigue un período de 6 meses para que Rin consiga dominar las llamas y obtenga el título de exorcista. En caso de no cumplirlo, el hijo de Satán será ejecutado, como estaba previsto.
Así pues, Rin empieza un entrenamiento personal junto a Kirigakure, que se propone enseñarle a controlar las llamas y manejar la Komaken, mientras que el resto de compañeros del chico aún tienen en mente los acontecimientos de aquella noche, y viven un poco temerosos de la condición de Rin.
Tomo todavía más shônen. Las intenciones de Mephisto son cada vez más intrigantes, y Rin cada vez está más descontrolado.
Tenemos un espectacular combate entre Rin y Amaimon, dónde vemos el potencial de uno de los Baal a pleno rendimiento. Amaimon es un tipo brutal, puro instinto, no importándole golpear a Mephisto por intentar frenarlo.
Luego se nos presenta al paladín Arthur Auguste Angel, y su espada parlante. No es un personaje que me guste en demasía, pero me mola ese desprecio con el que trata a Rin por el simple hecho de ser el hijo de Satán.
Y finalmente, durante los inicios del entrenamiento de Rin, vemos como Yukio y Kirigakure empiezan a intimar, revelándose que ya entrenaban juntos bajo la tutela del padre Fujimoto. Bastante entretenida la escena en la que Rin les quema las ropas por error y se quedan en topless (xD).
Por lo demás, genial la portada (la segunda mejor después de la del tomo 3), y algo escasos los extras, en comparación con otros tomos. Tenemos unas cuantas tiras cómicas, unos bocetos de la habitación de Rin y Yukio, y una entrevista a la autora por parte de Norma (que personalmente, no me dice mucho xD).
Un buen tomo, en general.
Lo mejor: Lo portada. La cooperación de los esquires en el bosque. El combate entre Rin y Amaimon. La crueldad de Arthur con Rin. La escena en la que Yukio y Kiragakure acaban en paños menores. La portadilla de los extras, con Mephisto tirando aros al cuerno de Amaimon (xD).
Lo peor: Sigue habiendo demasiados misterios para mi gusto (xP). Extras más flojillos.
Reseñas de tomos anteriores: #1, #2, #3
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