El hombre que dicta la sentencia #162: Ikkitousen #14

En serio, que alguien le aplique una lluvia dorada al autor de este manga. ¡Qué puta obsesión tiene con el pis! (xD)

¡La Batalla de la Pared Roja en los tiempos modernos por fin ha estallado! Como si hubieran sido guiados por el destino de las magatamas, los guerreros, poco a poco, se van concentrando en el lugar dónde ocurrirá la batalla: Yokohama. Entre ellos, Shiryuu Chouun, quién avanza derrotando a todos los guerreros del Kyoshou que se encuentra en el camino; ¿¡y al final, quien detenga su marcha será Unchou Kanu, que debería ser su camarada!?

Valiente subnormalidad de tomo. Vamos a ver, Kanu, ¿a parte de bollera con mal gusto eres tonta? ¿¡Qué coño haces luchando contra tu aliada, so retrasada!? O sea, tanto Shokatsuryou y súper estrategas y polladas, y los dos pesos pesados del Seito se van a acabar eliminando mutuamente. ¡Somos brillantes!

Claro que el Nanyou otro que tal baila. Saji ha muerto... ¡para nada! ¡Si Sonsaku sigue portando la maldición! ¡¡Es más, está peor!! (xD). ¿¡Pero no se suponía que una vez dominado su dragón, iba a poder evitar la maldición!? ¡¡¡NADA TIENE SENTIDO!!!

Así no me extraña que entre Shibai y Sousou se acaben poniendo las botas, sobre todo cuándo les salen guerreros aliados de debajo de las piedras (normal, si todos son tan subnormales cómo Kanu, no me extraña).

También tenemos un combate entre Chouhi y Choukou, dónde Shiozaki da rienda suelta a su urofilia (me apuesto 5 pavos a que si le da por decapitar a una tía, también se orina encima xD).

Y bueno, Koukin sigue por aquí, aunque apenas sale... Vamos, que lo único que merece la pena de este tomo es la reaparición de Taishiji.

Lo mejor: La vuelta a escena de Shiji Taishiji. El capítulo extra mudo dedicado a Chouhi.

Lo peor: Absolutamente todo lo demás.

Reseña de tomos anteriores: #1, #2, #3, #4, #5, #6, #7, #8, #9, #10, #11, #12, #13