El hombre que dicta la sentencia #91: Medaka Box #3 - ¡Soy la Presidenta del Comité Estudiantil!

24491310 (Un día más), 241636259463106 (un tomo leído más y), 54364053254391 (en consecuencia), 241950551310 (una reseña más). 676361763646013593136012103954-
950551031471! (¡Y poco a poco nos acercamos a las 100 reseñas manga!)

"Esto..., ¿Unzen-chan?"

4935.

"¿Podrías dejarme a mí hacer la reseña?"

769825? 6650166323863103171391141.

"... No estoy diciendo que no seas capaz de hacerla, pero la gente no entiende tu lenguaje numérico y..."

759609613550112101914239544612.

"Ya, pero si sigo haciendo de intérprete, la entrada va a ser descomunalmente larga. ¡Sería el doble de grande!"

... 451325946. 2645065412031460.

"Gracias por ser tan compren..."

138! 35946710922596...

"¡Lo he oído!"

Unzen planea eliminar a los miembros del Comité Estudiantil. Ante sus radicales actos, Medaka sufre una brutal transformación. Se desata la batalla entre el Comité Estudiantil y el Comité Disciplinario, ¡¿quién será el vencedor?! Además, ¡se desvela el misterioso plan secreto que se está llevando a cabo dentro del instituto Hakoniwa!

¿Qué es lo que convierte a un shônen en un buen shônen, sin importar su extensión? ¿Qué es lo que hace que disfrutemos de un shônen por mucho que sigan saliendo tomos y tomos y se repitan algunas tónicas? La respuesta es: los personajes.

Entre los aficionados al shônen, un buen hilo argumental mantiene enganchado, sin duda, pero lo que de verdad nos entretiene en este género es ver un reparto de personajes carismático, a los que compadecer, odiar, amar, reírles las gracias y con los que motivarnos.

Es una tónica que se cumple con shônens del palo de One Piece, Hunter x Hunter, Gintama, Magi o Air Gear. Al aficionado al shônen le basta con un buen elenco de personajes para disfrutar lo que lee. Y Medaka Box cumple con creces en este aspecto.

Este tomo en concreto es un auténtico despliegue de personajes carismáticos. Desde Medaka, con sus anormales capacidades, que no sorprenden a sus compañeros de clase por ser vox pópuli. A villanos odiosos, cómo el ególatra megalomaníaco de Oudo, o a otros malos molones, cómo Myouri. E incluso personajes rarunos, cómo nuestra amiga Unzen-chan, con su lenguaje numérico.

En este tomo la serie pega un giro de 180º, del que ya vimos los inicios del volantazo al final del tomo anterior. Pasamos de una comedia estudiantil a un shônen que parodia, critica y satiriza al shônen y a así mismo.

Tópicos y clichés repetidos y explicados con maestría, de los que se burla de forma muy divertida.

¿Por qué hay personajes en los shônen que hacen hazañas sobrehumanas sin explicación aparente? Muy sencillo, igual es que se han escapado de la clase 13 del instituto Hakoniwa, y son abnormals (anormales): gente cuyas acciones origina resultados inesperados, sin explicación aparente.

Con este tomo, terminamos el arco del Comité Disciplinario, y empezamos con el arco del Plan Matraz, un arco argumental que estoy siguiendo actualmente en el anime y que me parece sencillamente genial.

Así pues, de ahora en adelante veremos desfilar por este manga personajes de diseño súper cundiente, con un gran carisma y raros cómo ellos solos, que se enzarzarán en combates llenos de tópicos y clichés, que nos parecerán absolutamente geniales, por la gran forma en que NisiOisiN nos vende esta parodia del shônen. ¡Compra obligada!

Lo mejor: El dibujo y los diseños de personajes, especialmente en lo referente al Thirteen Party (Koga-chan es AMOR). La cantidad de diálogo cómo crítica al shônen, especialmente, las opiniones de Myori en cuanto a la "egoísta" forma de proceder de Medaka. El personaje de Myoga. La traducción y edición de Ivrea.

Lo peor: Que haya que esperar hasta febrero para seguir leyendo. Alguna cosilla puntual de traducción (cómo "Proyecto Flask", que me suena fatal). El monopolio de miniaturas laterales que tiene Medaka (este debería ser para Myori, al igual que el anterior debería haber sido para Kikaijima).

Reseña de tomos anteriores: #1, #2