Feliz 2013, gente. Al final, sin demorarme mucho en el mono, hoy mismo he decidido ventilarme el segundo volumen de Kick-Ass, movido por el hype y, si bien es verdad que ese puñetero sentimiento ha actuado en contra de mi impresión sobre la obra, también es verdad que la sombra de la primera entrega es muy grande. Pero bueno, el cómic no me ha dejado mal sabor de boca ni muchísimo menos. Vamos allá con la reseña:
DAVID LIZEWSKI HA DADO UN HORRIPILANTE Y ESTIMULANTE PASO.
Con un mínimo entrenamiento en la lucha a sus espaldas y un par de bastones en las manos, se puso una máscara y prometió convertirse en un verdadero superhéroe, Kick-Ass. Y lo logró. Salvajemente. Kick-Ass y Hit-Girl, una niña experta asesina que se cruzó en su camino, se enfrentaron a la mafia y ganaron. La historia corrió como la pólvora. De repente, se puso de moda llevar un traje de mallas. Todo el mundo quería ser un superhéroe. ¿Cuál sería el siguiente paso lógico para Kick-Ass? Unirse a un grupo de superhéroes. Sin embargo, el ex-aliado de Kick-Ass, Red Mist, considera que los héroes son cosa del pasado. Él prefiere ser el villano más famoso del mundo. Su primer objetivo será la familia de Kick-Ass. ¿Podrá éste detener a Red Mist y a su grupo de supervillanos a tiempo? Y cuando el conflicto derive en una auténtica batalla campal en Times Square, ¿podrá Kick-Ass sobrevivir y seguir luchando cómo un héroe?
Los excelentes autores Mark Millar (Civil War, Lobezno: El viejo Logan) y John Romita Jr. (Spiderman, Los Vengadores) nos ofrecen un nuevo baño de sangre protagonizado por esta particular pareja de superhéroes. ¿Sobrevivirán a esta nueva masacre?
En esta segunda entrega seguimos la vida de Dave en su lucha contra el crimen, ya pasado un año desde que empezará a salir a las calles cómo Kick-Ass.
Mindy Mcready, la verdadera identidad de Hit-Girl, lleva ahora una vida normal (dentro de lo posible), retirada de la lucha contra el crimen. Estrechamente vigilada por Marcus, su sobreprotector padrastro, ha prometido no volver a enfundarse las mallas y su único apoyo en el día a día de Dave consiste en darle unas cuántas lecciones de auto-defensa para que aprenda a combatir a los criminales cómo es debido. Sin embargo, la estrecha vigilancia de su nuevo padre hará que al final también desista en esto último, y su relación con Dave se resienta.
Sin su apoyo, Dave irá conociendo a nuevos enmascarados que le han seguido cómo inspiración, hasta que tras conocer al Doctor Gravedad, será introducido ante el primer equipo superheroico de la ciudad, Justicia Eterna, al que se unirá y junto al que ayudará a los necesitados, desde dando golpes contra pequeñas organizaciones de la mafia a realizando labores de voluntariado (xD).
Todo parece ir sobre ruedas, hasta que Red Mist vuelve de su aparente retiro. Liderando un grupo de supervillanos a sueldo conocido cómo "Los Megacabrones Tóxicos" (The Toxit Mega-cunts), y ahora bajo el alias de "El Hijoputa" (The Motherfucker), el antiguo aliado de Kick-Ass se presenta ahora cómo un enemigo que no teme autoridad alguna, y que organizará auténticas masacres en las calles.
Siendo conocedor de la verdadera identidad de Kick-Ass, atacará a Dave golpeando dónde más le duele: sus seres queridos.
En su hora más baja, Kick-Ass recibirá por fin la inestimable ayuda de Hit-Girl, y juntos reunirán un equipo de superhéroes con el que combatir al grupo de supervillanos de Chris Genovese.
Con este cómic no se cumple ese agorero dicho de "segundas partes nunca fueron buenas", pero si otro que podría decir "segundas partes rara vez fueron mejores". Y es que si el primer volumen de Kick-Ass me pareció una puta pasada de principio a fin, esta secuela se me queda en un simple "disfrutable".
Y no es que el argumento tenga la culpa. La trama sigue el curso de los acontecimientos más lógico tras lo visto anteriormente, y cierra de una manera más interesante que la anterior. El contenido es realista y cruel, y no es difícil vernos reflejado en alguno de los personajes involucrados e imaginar cómo sería nuestra vida cómo luchador contra el crimen enmascarado.
Sin embargo, me falta un poco de ese toque tan característico de Millar que tanto me gusta y que me la pone dura (cómo bien escribe Joe Carnahan en la introducción del volumen xD). Su humor negro es más leve, Hit-Girl no tiene tanto gancho cómo en la entrega anterior y la crueldad inherente en la obra es más un despliegue gratuito de violencia que una muestra del mal que anida en el mundo real. Los capítulos iniciales se me han hecho algo pesados, algo que jamás me ha pasado antes con una obra de Millar, y lo gordo tarda un poco en arrancar.
Aún así, es un tomo muy bueno que si bien no está a la altura de la primera entrega, mantiene muy bien el tipo cómo secuela y deja un buen final que nos deja el gusanillo para el tercer volumen.
Del dibujo poco que decir. Similar a lo mostrado en el volumen anterior, quizás algo mejor en algunos puntos. Eso sí, no me gusta el cambio de colorista en el capitulo 6.
Lo mejor: Una obra cargada de un realismo cruel que nos ayuda a concebir la idea de superhéroes en el mundo real cómo algo plausible. Sigue siendo un soplo de aire fresco para el género. El hecho de atreverse a ir más allá y reflejar situaciones verdaderamente oscuras y dramáticas que rara vez llegamos a ver en los cómics.
Lo peor: Peser a ser un buen cómic, se queda bastante atrás de la anterior entrega. Costar lo mismo que la anterior entrega pese a contener de forma visible menos páginas sabe a timo. El cambio de formato (ligeramente más grande).
Reseñas de tomos anteriores: Kick-Ass
Iba a escribir un comentario largo pero la ultima imagen me ha dejado muerto O.O
ResponderEliminar¿Y qué ibas a comentar? xD
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