Los cómics del tío Sam #44: V de Vendetta

Bueno, pues creo que ya va siendo hora de reseñar este genial cómic, ¿no?

¿PENSABA MATARME? NO QUEDA CARNE NI SANGRE QUE MATAR BAJO ESTA CAPA. SÓLO HAY UNA IDEA. LAS IDEAS SON A PRUEBA DE BALAS.

V DE VENDETTA, además de ser una de las mayores obras maestras de la industria del cómic y una de las obras más personales y logradas de sus autores, Alan Moore y David Lloyd, es una historia espeluznante y terriblemente real acerca de la pérdida de la libertad y de la identidad del individuo que se ve inmerso en un mundo hostil, frío y totalitario.

Con el trasfondo de una Inlaterra imaginaria que ha caído bajo la bota de un régimen fascista, se analiza tanto la vida bajo un estado policial asfixiante como el poder de la rebelión y la resistencia del espíritu humano ante la opresión y el totalitarismo.

En un mundo donde todo lo que no está prohibido es obligatorio, un solo hombre puede marcar la diferencia.

¿He de añadir alguna explicación más allá de lo aparecido en la contraportada de la propia obra? Bueno, alguna daré.

Estamos ante una Inglaterra ficticia, que permanece cómo una de las pocas localizaciones europeas, sino la única, superviviente de la guerra nuclear que ha arrasado el continente y el mundo en general.

Ante esta situación, el país ha caído en manos de un régimen fascista y opresor que controla y vigila cada movimiento de sus ciudadanos, al mismo tiempo que les envenena con mentiras para mantener ese beneficioso status quo en el que prosperan sus miembros.

La Oreja escucha cualquier intento de amenaza o rebelión. El Ojo capta todo movimiento de los ciudadanos en las calles. La Voz del Destino informa de aquello a lo que los ciudadanos deben atenerse. Los Dedos se benefician de su implacable superioridad ante la ley, oprimiendo al marginado. Todos responden ante un líder, Cabeza pensante de este sistema opresor, que parece mantener un amor enfermizo hacia su malograda idea de justicia y orden. Inglaterra prevalece.

No obstante, hay alguien que no se ha rendido ni ha querido pasar a formar parte del sistema, quizás por el simple hecho de ser una las personas que más malparadas han salido de él. Su nombre, nadie lo sabe, pero se le conoce cómo V, y no es un borrego más dentro del ganado. Su misión, traer la libertad a su querida Inglaterra en su forma más esencial, la anarquía.

V de Vendetta es por lo tanto una historia sobre la libertad y la felicidad. No aquella falsa sensación que se obtiene viviendo de forma satisfactoria o afortunada dentro de las normas establecidas, no. Aquella libertad en la que uno demuestra que es capaz de fraguar su propia vida. El poder vivir en el "País de Haz Lo Que Quieras". Es un tipo de libertad que uno no conoce hasta que es consciente de que vive sin ella, cómo acaba aprendiendo Evey Hammond, co-protagonista de esta historia.

Del mismo modo, la defensa de ese concepto de libertad no se lleva a cabo por un hombre cómo tal, sino por una idea, cubierta con una máscara, una capa y un sombrero. Una idea que no sólo defiende la libertad, sino que no la impone, la regala. Pese a sus atentados y asesinatos, V no obliga a nadie a seguir sus actos, pero siembra las semillas para que aquellos que se crean capaces de estar a la altura de estos los defienda. Eres libre de luchar por ser libre.

Quizás es una historia un tanto pesada en sus inicios. Quizás el lector tenga que asumir que, viniendo de algo más bajo que la nada, el personaje de V llegue a reunir semejante legado (en ningún momento se nos explica su formación). Quizás, y esto es más que nada personal, no me termine de gustar el coloreado aplicado a los lápices de Lloyd. Lo que está claro es que el mensaje inherente a esta obra llega y cala hondo. Porque la libertad es un ideal por el que luchar. Y las ideas son a prueba de balas...

Lo mejor: Una genial historia sobre la lucha contra la opresión, en defensa de la libertad y la verdadera justicia.

Lo peor: Algo densa en sus inicios. Aunque el argumento aleje de este pensamiento, uno tiene que dar por sentado demasiadas cosas en torno a V.