Tomo un tanto flojo en ese factor que tanto me gusta de Berserk, que son las relaciones entre los personajes:
Pensando en el bien de Kasca, Guts parte de viaje hacia Elfhelm, la tranquila patria de Puck. En el trayecto se reencuentra con Isidro, Farnese y Serpico, y, tras comprender que él sólo jamás podrá proteger a Kasca, permite que les acompañen. De camino hacia la ciudad portuaria de Vritannis, conocen a Schierke, joven discípula de la bruja Flora. Guts acepta el trato que le propone Flora, defender la ciudad de Enoch del ataque de los trolls a cambio de una poción mágica que les proteja. Pero en el fragor del combate, ¡Kasca y Farnese desaparecen!
Terminamos el arco de los trolls, con la inesperada aparición de dos de las entidades más poderosas de este manga: el Caballero de la Calavera, y Slan, la Cortesana de los Mares Fetales, miembro de los Mano de Dios. De aquí me sorprende la relativa facilidad con la que Guts la ha derrotado (más bien diría ahuyentado), aunque cómo bien se nos explica, al haberse bañado de tanta sangre de apóstol la hoja de su espada puede herir incluso a estas poderosas entidades que sobrepasan el poder de los apóstoles.
Tras huir de la cueva, no sin antes tener Schierke e Isidro algún que otro momento de gloria, el grupo vuelve a la casa de Flora en el bosque para encontrarse con esta ardiendo, y un ejército de apóstoles comandado por Zodd el Inmortal atacando el lugar, siguiendo órdenes de Griffith.
Aunque Guts y los suyos reciben de nuevo la ayuda del Caballero de la Calavera, así cómo de los golems de Flora, el guerrero negro poco puede hacer en su estado contra el poderoso Grunbeld, uno de los oficiales de la nueva Banda del Halcón.
Es entonces cuándo una Flora en sus últimas horas le revela a Schierke su último regalo, la Armadura del Berserker. Los compañeros de Guts lo dan todo para sacarle del combate y ponerle la armadura al malherido Guts (muy frenético todo, y quizás la parte más confusa y criticable del tomo). La armadura se alimenta de su ira y fortalece su berserker interior. Con ella puesta, no siente dolor así cómo hace caso omiso de la mayoría de las limitaciones del cuerpo humano. Debido a esto, adquiere una fuerza, agilidad y velocidad sobrehumanas, si bien su creciente ira le va haciendo perder la razón de forma progresiva, así cómo el hecho de ignorar sus heridas apaga sus alarmas internas, lo cuál podría costarle la vida. Un power-up que sirve de ayuda, pero que también es una espada de doble filo.
Y nada más. Buen tomo, aunque dista mucho de ser de los mejores. Me parecen curiosas las canas de Guts en los pósters. Supongo que serán consecuencia del desgaste de esta batalla (o algo así).
Lo mejor: Slan. La relación entre Flora y el Caballero de la Calavera. El momento de Guts recordando a la Banda del Halcón y comparándola con sus nuevos compañeros. La armadura del Berserker.
Lo peor: Demasiado frenético en algunas partes.
Reseñas de tomos anteriores: #9, #10, #11, #12, #13, #14, #15, #16, #17, #18, #19, #20, #21, #22, #23, #24, #25
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