Aunque no me mola nada que se solapen no ya sólo entradas del mismo tipo, sino del mismo manga, aprovecho que ya he terminado la relectura de Ikkitousen para reseñar este tomo, ahora que aún lo tengo fresco. Por la mañana haré lo propio con el 5 (a menos que surja algo más interesante que publicar):
El Nanyou logra clasificarse para la segunda ronda de la Gran Asamblea de Guerreros, gracias a la habilidad de la guerrera Ryomou. Sin embargo, Toutaku ha decidido cambiar las reglas del torneo, ¡y convertirlo en combates individuales! Ahora que la pobre Hakufu, que sorprendentemente ha cambiado el color de su magatama y ascendido de nivel, no podrá contar con la asistencia de su primo, su madre ha decidido enviarla a las montañas a entrenar con una anciana de 100 años. ¡¡El destino histórico de las magatamas se cierne sobre todos los personajes!!
El mejor tomo de Ikkitousen hasta la fecha. No sólo se nos presentan personajes cómo Sousou, Kaku, Chinkyuu o Chousou; sino que además es un tomo cargado de revelaciones dónde el destino que conllevan las magatamas empieza a mostrarse.
Mientras que Hakufu y Ryomou se entrenan bajo la tutela de la niña anciana Chousou (no me gusta nada este personaje. Me parece un plagio descarado de Maya de Tenjou Tenge, y no es el primero que veo), Toutaku y el instituto Rakuyou comienzan a moverse, dado que el primero, antiguo aprendiz de Chousou, anda tras las espadas hyakuhekitou (por lo visto hay varias) que guarda esta. Tras un reñido combate, Toutaku sale vencedor, pero para sorpresa de todos, Ryofu se interpone en su camino.
Ambos se enzarzan en un duro combate, en el que finalmente se sobrepone Ryofu, y Toutaku, viendo su fatídico destino a la vuelta de la esquina, decide suicidarse; no sin antes, revelar la identidad de Saji Genpou, que no es otro que Shishi Ouin. Debido a esto, por azares del destino, Ryofu ha acabado emulando las acciones del guerrero de la antigüedad cuya magatama porta, gracias a las manipulaciones de Saji.
Así pues, estamos ante una importante vuelta de hoja, al desaparecer el que prometía ser el villano principal de la historia. Pero no sólo Toutaku, Ryofu y Ouin han seguidos los pasos de sus antecesores. Debido al cambio en el tipo de competición de la Gran Asamblea de Guerreros, ahora constituida por combates individuales; y a los arreglos efectuados por Toutaku antes de su muerte, Hakufu tendrá que enfrentarse a alguien muy relevante en lo concerniente a su destino: Ukitsu, la reencarnación del guerrero de la antigüedad que mató a su antepasado.
Cómo digo, un tomo entretenido, con un giro final que pone las cosas muy interesantes.
Lo mejor: Por fin se nos presenta a Sousou, personaje que tendrá gran relevancia en capítulos venideros. El plan de Saji y la consecución de este, cumpliendo con el destino de los guerreros de la antigüedad. Las "aclas".
Lo peor: No me mola que Hakufu repita portada a esta alturas, aunque sin duda sale mejor que en la portada del primer tomo. La anciana Chousou y el power-up que otorga a Hakufu cual príncipe azul.
Reseñas de tomos anteriores: #1, #2, #3
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