Los cómics del tío Sam #101: Saga - Capítulo Dos

Pues tras otras 50 entradas de reseñas de cómic americano desde que os hablara del primer volumen, Saga vuelve al blog, y sigue igual de estupenda que siempre o más:

Marko y Alana consiguieron sacar a su hija recién nacida del planeta Grieta. ¡Y hasta le encontraron niñera! Pero, en un mundo dónde una guerra de odio se extiende hasta el último confín de la galaxia, ningún lugar es seguro o agradable. Y menos si tus suegros te acompañan durante el viaje...

Brian K. Vaughan, autor bestseller del New York Times, y la aclamada dibujante Fiona Staples, siguen contando esta space opera familiar, sobre la confianza, el amor, la amistad y cómo sobrevivir con tu hija en brazos.

En la primera entrega de Saga, asistíamos a una genial introducción del conflicto vigente entre especies, al nacimiento del fruto del amor entre Marko y Alana, y a una frenética huida del planeta en el que habían lado a luz a la niña, con personalidades cómo El Tallo, el Príncipe Robot IV o La Voluntad pisándoles los talones, cada uno por una determinada razón.

A través de esa persecución, conocíamos a los personajes y su entorno, sin pararnos a descubrir con calma nada más, pese a su relevancia en la historia. Eso cambia en este tomo.

En esta entrega, conoceremos un poco más del pasado de los personajes. El primer encuentro entre Alana y Marko, y cómo se enamoraron y engendraron a Hazel; el traumático pasado bélico del Príncipe Robot IV, los sentimientos de La Voluntad hacia El Tallo, a Gwendolyn, la prometida de Marko y, finalmente, a los padres de este, que toman gran importancia a lo largo del número, dado el cliffhanger con el que nos dejó el anterior.

No obstante, pese al amplio desarrollo de personajes, la aventura espacial sigue vigente, alcanzando elevadas cotas de grandiosidad con la forma en la que Staples plasma el imaginario de Vaughan.

Por lo tanto, no puedo sino sonreír satisfecho con esta obra, dada la complejidad de la misma y la acertada narrativa con la que se cuenta todo, con la siempre omnipresente Hazel, que amolda el guión a gusto de Vaughan para darnos la sorpresa cuándo menos lo esperamos, cómo con el genial final de esta entrega.

No hagáis pereza y acercaros a leer esta serie, porque la verdad, no tiene ningún desperdicio.

Lo mejor: El imaginario plasmado por los lápices de Staples. La genial relación familiar. Izabel. La relación entre los dos autónomos. El Príncipe Robot IV.

Lo peor: La torturadora espera entre tomos.

Reseña de tomos anteriores: Capítulo Uno