Licénciame o te pongo morritos #13: Shokugeki no Souma

Qué perezoso estoy últimamente para hacer entradas... Pero se acaba el mes, y dije que iba a hacer dos de licencia, la que toca y la que no hice el mes pasado. Así que es un "ahora o nunca". Por tanto, vuelvo con lo que ya sabéis, estos posts dedicados a Ivrea, Norma, EDT, Planeta DeAgostini, Panini, y cualquier editorial que se preste a hacer un buen trabajo de edición y traducción sin dejar tirada la serie. Y también a todo lector de manga. Os insto a echarle un vistazo a la serie y a pedirla a las editoriales si os mola.

Y hoy toca hablar de uno de los ultimos y más recientes éxitos de la Shônen Jump, así cómo uno de mis mangas favoritos. Una serie guionizada por Yuuto Tsukuda y dibujada por el magnífico Shun Saeki, más conocido por Tosh dentro del panorama hentai. La obra de la que hablo es, evidentemente, Shokugeki no Souma (食戟のソーマ).

Souma Yukihira es un chico que trabaja en el local familiar regentado por su padre, sintiéndose un poco a la sombra de este, a pesar de que a él no le falte talento (por mucho que algunos de sus extraños experimentos culinarios parezcan ponerlo en duda). Ante la marcha de su padre al extranjero por una jugosa oferta de trabajo, y el cierre inminente del restaurante, Yukihira decide no perder oportunidad y posicionarse cómo nuevo dueño del local. Pero para tener el consentimiento paterno primero tendrá que superar el reto lanzado por este: graduarse en Tootsuki, una afamada escuela culinaria con un reducidísimo porcentaje de aprobados cada año. ¿Será Souma tan buen cocinero cómo afirma ser, o tiene por delante un largo camino de aprendizaje que recorrer? 

Nunca pensé que una serie sobre cocina me iba a enganchar tanto, y eso que el principal aliciente para empezarla fue el hecho de ver que Tosh estaba detrás de los lápices. Pero es que no sólo el dibujo de esta serie es realmente atractivo y acertado, sino que su guión resulta sólido e interesante, y lleva el mejor espíritu de competitividad y rivalidad del shônen al arte de la cocina.

No ya sólo en las pruebas o prácticas estamos en tensión ante la dificultad del plato a preparar, o la valoración de los jueces, sino que es en los Shokugekis, los duelos oficiales entre estudiantes de Tootsuki, dónde vemos mejor que nunca este espíritu shônen, y la diferencia entre ganadores y perdedores.

El reparto de personajes es sin duda interesante.

El protagonismo de la serie recae en dos personajes principales. Por un lado, Souma, prota indiscutible de la historia, que nada más entrar va de sobrado por la vida, y prueba con acciones la elocuencia y grandeza de sus palabras. Es un cocinero muy versátil y competente, pero cuándo se tope con la élite de Tootsuki, descubrirá que aún le queda mucho por aprender, y según conozca a los que serán sus compañeros y descubra cómo la academia le va poniendo a prueba, empezará a apreciar aquello por lo que en un principio no tuvo ninguna consideración.

El otro personaje fundamental de esta historia es Erina Nakiri, antagonista indiscutible de la historia y ¿futuro interés amoro del prota? Quién sabe. Apodada "paladar divino", es una talentosa cocinera que ya desde pequeña poseía un gusto refinadísimo, siendo muy extravagantemente precisa con las valoraciones de aquellos platos que pasan por sus papilas gustativas. Cómo miembro de la élite de Tootsuki y de la clase alta, mira por encima del hombro los orígenes humildes de Souma, aún incluso después de catar su excelente mano para la cocina. No admitirá delante de este el talento del muchacho, ni se dejará derrotar por él, mientras se mueve en el mundo de Tootsuki apuntando hacia lo más alto, comiendo siempre lo mejor, y aplastando de forma implacable los sueños de aquellos que no considera a la altura de los gustos de su exigente paladar.

También tenemos secundarios de importancia cómo Megumi Tadokoro, Takumi Aldini o Koujirou Shinomiya, pero antes que profundizar en ellos, os insto a leer el manga y descubrirlos.

Respecto al dibujo, destaca por su atractivo. Tosh es un gran artista a la hora de ofrecer chicas monas y de buenas curvas, y le da un toque picantón al manga con algunas de las reacciones de las féminas a las catas de comida, sin resultar algo abusivo. Pero igual de atractivos que son los diseños de personajes, lo son los platos, levantando el apetito del lector.

En resumen, estamos ante una serie muy acertada y distinta al resto, que nos ofrece una historia shônen fresca, entretenida y muy bien llevada.

Lo mejor: El dibujo. Los platos. El espíritu shônen, perfectamente ligado a las competiciones culinarias. El dúo protagonista. Los juicios y catas.

Lo peor: Sólo lleva 3 tomos y aún es pronto para ver su licencia por aquí, a parte de que tiene una temática que igual no atrae a las editoriales por falta de comercialidad.

NOTA PERSONAL: 9,7