Una vez más, Marvel Studios vuelve a sumergirnos en su universo cinematográfico, manteniéndose fiel a la continuidad creada con la suma de todas sus películas, y añadiendo nuevos detalles y elementos con cada nueva entrega de sus personajes:
Título original: Thor - The Dark World
Dirección: Alan Taylor
Producción: Kevin Feige
Guión: Rober Rodat
Música: Bryan Tyller
Reparto: Chris Hemsworth, Natalie Portman, Tom Hiddleston, Anthony Hopkins, Rene Russo, Stellan Skarsgård, Christopher Eccleston, Kat Dennings, Ray Stevenson, Idris Elba, Zachary Levi, Tadanobu Asano, Jaimie Alexander
Sinopsis: Hace millones de años, Bor, padre de Odin, venció a los ejércitos de Elfos Oscuros dirigidos por Malekith, quién trató de devolver al universo a su estado anterior a la creación sirviéndose de la sustancia conocida cómo Aether. Siendo imposible su destrucción, Bor ocultó la sustancia en algún recóndito lugar de los Nueve Mundos, y la paz volvió a reinar. Sin embargo, lo que no supo Bor es que Malekith y algunos de sus aliados consiguieron escapar de la batalla en un viaje en el que se sometieron a animación suspendida, esperando el momento del despertar del Aether.
En la actualidad, Thor mantiene su lucha cómo príncipe de Asgard, tratando de traer la paz a los Nueve Mundos con la ayuda de la dama Sif y los Tres Guerreros. Sin embargo, el tener lejos a su amada mortal, la astrofísica Jane Foster, aqueja su corazón, e importuna a Odin, que quiere hacer de él un buen rey. Por otra parte, Loki ha sido condenado a un cautiverio indefinido, evitando ser ejecutado gracias a la benevolencia de Frigga, su madre adoptiva, y única asgardiana por la que el Dios de las Mentiras parece sentir algún afecto.
Ajena a todo esto, Jane Foster y su grupo se toparán con un descubrimiento en la Tierra, algo que parece conectar Midgard con el resto de los mundos. La Convergencia Armónica se ha puesto en marcha. El Aether ha sido liberado. Los Elfos Oscuros han despertado. El Mundo Oscuro se aproxima...
Segunda película de Thor, tercera en la que el rubito empuña su martillo, y que nos vuelve a traer el maravilloso mundo (los maravillosos mundos, mejor dicho) de la milogía nórdica a la gran pantalla.
La cinta retoma la acción dónde la dejó Los Vengadores, explicándonos la situación actual de Thor y su hermanastro, y aprovechando de paso para dar un poco más de papel a secundarios cómo Frigga, Heimdall o Sif, que fueron dejados un poco de lado en el primer film.
Es interesante aquí ver cómo se profundiza en la relación materno-filial de Frigga y el cautivo Loki, la camadería de Thor y Heimdall, que empieza a ver en el Vengador un digno sucesor de Odin, o la alternativa amorosa de Sif, qué bien ofrece el Padre de Todos a su hijo, intentándole convencer de que su relación con una mortal no puede traer cosas buenas.
En la Tierra, sin embargo, y más concretamente en Londres, Jane Foster intenta rehacer su vida, aunque la impronta que el asgardiano buenorro ha dejado en ella es difícil de disipar, más aún cuando Darcy, su compañera, interrumpe una de sus citas infructuosas para seguir cazando anomalías que podrían volver a ponerla en contacto con su ser anhelado. Dichas anomalías acabarán llevándola a toparse con algo oscuro que obligará al Dios del Trueno a volver a Midgard para reunirse con ella, y llevarla consigo a su mundo. Esto será el desencadenante del despertar de Malekith y sus Elfos Oscuros, reanudando la guerra contra Asgard y poniendo en tal apuro a nuestro protagonista que tendrá que recurrir a una aliado inesperado para salvar el día: Loki.
He aquí quizá uno de los mejores puntos de la película (y quizás por eso uno de sus mayores fallos). Y es que el hecho de que el papel del Dios de las Mentiras adquiera tanta importancia hace que un ya de por sí pobremente desarrollado Malekith sea aún más ensombrecido por su carismática presencia. Hiddleston nos regala grandes escenas que hacen que su relación con Thor sea lo que más brilla en esta peli, si bien es verdad que su cinismo y soberbia a veces pecan de ser demasiado cansinos (cómo en la escena de la huída de Asgard en nave, si bien es verdad que dicha escena en parte exigía de ese cansinismo).
Loki está completamente desatado en esta película, y se comporta cómo todo un buen Dios de las Mentiras, haciendo pequeños sus papeles en los otros filmes en los que aparece.
Odin adquiere también aquí un componente más humano y siniestro, alejándose de ese marcado maniqueísmo y tiñéndose de grises en esta ocasión. El Padre de Todos está mayor y los años le pesan, lo cuál hace que tome a veces decisiones que contrarían no sólo al espectador, sino al propio Thor.
Volviendo a la Tierra, no podemos olvidar al doctor Eric Selvig, para el que tengo una importante queja esta vez, y es que en España nos ha tocado sufrir un cambio de voz para el actor que hace que no disfrutemos tanto de su interpretación. En cualquier caso, el papel del doctor es cómico en la cinta, soltando bastantes perlas humorísticas y extravagancias con motivo de su reciente locura, consecuencia de su prolongada exposición al Teseracto y a las manipulaciones de Loki.
El punto fuerte que marca la diferencia entre esta película y su más mediocre predecesora es, guión aparte, un mejor despliegue de escenas de acción y efectos especiales. No ya sólo con la batalla inicial en Vanaheim, o las persecuciones en Asgard. La secuencia de lucha final entre Thor y Malekith es sencillamente espectacular, mientras vemos cómo se aprovecha la Convergencia Armónica para que héroe y villano se repartan una buena somanta de palos visitando todos los Nueve Mundos en el proceso. ¡Mjolnir ha roto el cuentakilómetros en esta entrega!
Si a esto le sumamos la espectacular sorpresa del final, y una (de dos) escenas post-créditos que siguen asentando el universo cósmico de Marvel en los cines, sin duda podemos decir que nos encontramos ante un trabajo bien hecho, si bien no se acerca ni por asomo a ser una obra maestra.
Lo mejor: Loki. La mejoría en guión, acción y efectos con respecto a la primera película. Un Odín más gris. Más papel para Frigga, Heimdall y Sif. Algunas escenas de humor. El combate final. El final. Las escenas post-créditos. El cameo de Stan Lee.
Lo peor: Malekith (pierde mucho terreno cómo villano frente a Loki, y podría estar mejor desarrollado, por no hablar de Kurse). Sigue echándose en falta más metraje para lucimiento de los secundarios (y aún no hemos visto a Brunnhilda, las Valquirias, Balder...). Qué Marvel nos haga comer tantos créditos para una escena post-créditos sin chicha... otra vez (xD).
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